¿Por qué es recomendable llevar a los bebés a contramarcha?
Existe un debate general entre los conductores que son padres, especialmente en los primerizos, en cuanto a qué manera es la más segura y adecuada de llevar a los bebés y los niños pequeños en el vehículo. Y es que toda medida de seguridad es poca cuando se trata de los más pequeños. En España, afortunadamente la siniestralidad de niños menores de 14 años es relativamente baja, rondando los 20 fallecidos anuales en los últimos años.
No obstante, conviene saber que la mejor manera de viajar en el automóvil para niños menores de 4 años es a contramarcha. Y es que hasta esta edad los pequeños tienen un cuerpo realmente desproporcionado. Un niño de estas edades tiene entre el 25% y el 30% de su peso corporal en la cabeza, lo que unido a que sus huesos aún no son tan fuertes y resistentes y su musculatura aún falta por desarrollarse, hace que un mismo impacto pueda tener consecuencias fatídicas para los pequeños.
El impacto de un accidente frontal para un niño menor de 4 años puede ser equivalente al impacto que sufría un adulto si portase un casco de entre 20 y 30 kilos. Al igual que ningún cuello soportaría dicho impacto, los cuellos de los pequeños no están preparados para sufrir un impacto en un vehículo, pero esta circunstancia podemos revertirla con un gesto tan sencillo como dar la vuelta a la sillita:
Como podemos ver en este vídeo, durante un hipotético choque frontal, las sillitas que se colocan en sentido contrario a la marcha evitan movimientos relativos entre la cabeza y el torso del bebé.
Por tanto, queda clara que la recomendación de que los bebés y los niños menores de 4 años viajen con la sillita orientada en el sentido opuesto a la marcha es totalmente cierta.