Medicamentos y conducción: Efectos habituales y recomendaciones

Medicamentos y conducción: Efectos habituales y recomendaciones

No cabe duda de que el estado físico de una persona influye de manera directa en la conducción de un vehículo por la misma. Dentro de este estado físico, la medicación y tratamientos médicos que esté llevando cada persona influyen, y en la mayoría de los casos, más de lo que la gente normalmente piensa.

Medicamentos en los accidentes de tráfico

A la hora de llevar a cabo la reconstrucción de accidentes de tráfico, se observan algunos datos y estadísticas que llaman la atención sobre el uso de los medicamentos. Sólo en el territorio español, en torno al 5% de los accidentes de tráficos que se registran tienen los medicamentos y sus efectos como causa principal.

Aunque pueda parecer un porcentaje menor, es una cantidad de accidentes completamente evitable, ya que 8 de cada 10 personas que tienen medicación consideran que su consumo no les afecta a la conducción. O visto desde otra perspectiva, tal vez ese 80% de conductores no ha sido informado debidamente sobre efectos negativos que los medicamentos ejercen sobre la conducción de un vehículo.

¿Qué efectos producen los medicamentos al volante?

Los efectos que un medicamento (o varios) puede generar cuando una persona se pone a los mandos de un vehículo son variados, siendo la somnolencia, los mareos o algunas alteraciones en la visión los más comunes, a la par que peligrosos.

En general, el consumo de medicamentos cuando se conduce un vehículo tiene un principal inconveniente: Disminuye la capacidad para conducir. Y es que tanto los efectos secundarios anteriormente mencionados como otros que se desprenden del consumo de fármacos tienen el denominador común de la reducción de reflejos y el consiguiente aumento del tiempo de reacción.

Recomendaciones cuando se consumen medicamentos

Sin duda alguna la mejor recomendación al volante cuando se están consumiendo medicamentos es no conducir. Pero obviamente no siempre es una opción debido a que en muchas ocasiones se precisa del coche para poder trabajar, desplazarse a centros médicos o simplemente sacar adelante el día a día. Por ello, si no queda más remedio que coger el volante a pesar de estar en tratamiento, deberían tenerse en cuenta las siguientes recomendaciones:

  • Prestar especial atención a los prospectos de los medicamentos, especialmente cuando se consumen varios simultáneamente.
  • Procurar llevar una disciplina de descanso personal, con las horas de sueño adecuadas y evitar conducir a horas que el cuerpo pueda llegar a estar más cansado. El efecto sedante de los fármacos agravaría la sensación de cansancio.
  • Nunca es conveniente el consumo de alcohol cuando se va a conducir, pero cuando se están consumiendo medicamentos el consumo debe quedar terminantemente prohibido por ínfima que sea la cantidad a ingerir.

Un medicamento no afecta a una persona de la misma manera que a otra, pero es en la auto-confianza donde se encuentra uno de los mayores peligros. Se debe extremar la precaución y seguir estos consejos aunque aparentemente una persona piense o sienta que no está siendo víctima de los efectos secundarios anteriormente referidos.